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Opiniones

LAS GOLONDRINAS DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES

Por: Lucas Peluffo

Publicado el 20 de mayo de 2025

Comentarios: 3

Comunicación #3, visitas #503

Desde 2011 se han documentado 11 especies de golondrinas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, siendo la Golondrina Parda la más registrada. Las observaciones indican una clara preferencia de estas aves por entornos urbanos con agua y vegetación abundante, como la Reserva Ecológica Costanera Sur. Los registros y mapas migratorios muestran que su presencia se intensifica en verano, con un pico notable entre diciembre y enero.

Comunicación #3

La creencia de que hay una sola especie de golondrina que completa una magnífica migración entre Norteamérica y Sudamérica es bastante común entre los porteños (los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires). En mi caso, esta fue mi suposición hasta que, en mi adultez, comencé a investigar seriamente el mundo de las aves. Sin embargo, ejemplares de 11 especies de golondinas han sido detectados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además, aunque sí hay especies de golondrinas que migran desde Norteamérica, la mayor parte de las golondrinas de la Ciudad de Buenos Aires lo hacen desde regiones del resto de Sudamérica, incluyendo la Argentina.

EcoRegistros posee registros de ejemplares de 11 especies de golondrinas tomados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (considerada en el sitio como una jurisdicción aparte de la Provincia de Buenos Aires) desde sus inicios en 2011. Las especies ordenadas desde la que ostenta el número mayor de detecciones son las siguientes:

Es pertinente subrayar la obviedad de que las golondrinas urbanas son una muy pequeña porción de la masa de aves que habita y migra a través de toda la región. Evidentemente, gracias a su formidable vitalidad, las golondrinas aparecen en partes de la ciudad.

La figura sobre el cielo de la golondrina es icónica, con las alas oscuras y puntiagudas formando un arco; en algunas especies la cola es ahorquillada y en otras termina con un ángulo. Las especies de golondrinas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires son obviamente distintas, pero comparten un dorso oscuro (negro, negro azulado, azul, azul verdoso, o pardo) y un vientre más claro o blanco; la excepción es la Golondrina Negra, cuyo vientre es también oscuro. Según la Guía de Campo Digital de las Aves de Argentina de la organización Aves Argentinas, el largo de los ejemplares oscila entre 11 y 19 cm. La Golondrina Barranquera es la más pequeña, con un largo de 11 cm; la Golondrina Negra es la más grande, con un largo de 19 cm. Las tres especies del género Progne, las Golondrinas Parda, Doméstica y Negra son las más grandes.

En el sitio de EcoRegistros se pueden consultar las estadísticas de los registros de cada especie en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estos datos se van modificando a través del tiempo con la inclusión de los nuevos registros. El número de registros de cada una de las 11 especies hasta la fecha 16/5/2025 se detalla a continuación: Golondrina Parda, 1371 registros; Golondrina Barranquera, 1265; Golondrina Doméstica, 1211; Golondrina Ceja Blanca, 1133; Golondrina Tijerita, 270; Golondrina Patagónica, 70; Golondrina Negra, 57; Golondrina Ribereña, 31; Golondrina Zapadora, 16; Golondrina Rabadilla Canela, 10 y finalmente la Golondrina Cabeza Rojiza, con 1 solo registro.

Según los datos de EcoRegistros, las especies de golondrinas más comunes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires son claramente las Golondrinas Parda, Barranquera, Doméstica y Ceja Blanca. La Golondrina Parda es la que más se destaca en los registros; esta especie abunda en verano a lo largo de la ribera. La Golondrina Tijerita ocupa la quinta posición con un poco menos de un cuarto del número de detecciones que la Ceja Blanca. Hay un solo registro de la Golondrina Cabeza Rojiza documentado en la ciudad por EcoRegistros desde el 2011, lo que indica que es una especie escasísima en la ciudad.

EcoRegistros también registra los números de detecciones de ejemplares de cada especie de golondrina dentro de las zonas de la ciudad que son más importantes para el avistaje de aves. La Reserva Ecológica Costanera Sur es el lugar prominente en las detecciones generales. Las excepciones son los hechos de que la Golondrina Ribereña no ha sido detectada allí —pero sí en la Reserva Ecológica de Ciudad Universitaria-Costanera Norte— así como tampoco el único registro histórico de la Golondrina Cabeza Rojiza.

La preferencia de las golondrinas por ámbitos que combinan abundante agua y vegetación frondosa es evidente no solo por las estadísticas de la Reserva Ecológica Costanera Sur sino también por las abundantes detecciones en la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria-Costanera Norte, la zona del Lago de Regatas, el Parque Tres de Febrero y la Reserva Ecológica Lago Lugano. Dentro de las estadísticas de las cuatro especies que son patentemente las más numerosas, son notables las de la Golondrina Doméstica (la tercera especie más abundante de la ciudad). Cabe señalar que a pesar de que las detecciones de esta especie revelan una significativa presencia en la Reserva Ecológica Costanera Sur, las cifras se inclinan más hacia el resto de la ciudad, incluyendo una importante cantidad de detecciones en el barrio de Belgrano, que las de las otras tres especies.

Adicionalmente, se pueden hallar en EcoRegistros mapas dinámicos de migraciones, que demuestran sus desplazamientos a través de los distintos meses, marcando las distintas estaciones. Estos mapas incluyen los de las migraciones americanas de las cinco especies de golondrinas más comunes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: las Golondrinas Parda, Barranquera, Doméstica, Ceja Blanca y Tijerita; no hay mapas dinámicos en EcoRegistros de las otras seis especies. Desde los mapas dinámicos de EcoRegistros de las especies más comunes, salta a la vista que la población de estas golondrinas en la región alcanza su nivel máximo cada año en el bimestre diciembre-enero y su mínimo en el bimestre junio-julio.

Es una regla convencional que las golondrinas que migran desde Norteamérica se reproducen allí y pasan su invernada en Sudamérica durante la primavera y el verano austral solo para alimentarse. También se supone que las especies propias de Sudamérica tienden a reproducirse durante climas cálidos en el hemisferio sur y que su vector migratorio se dirige hacia el norte cuando las temperaturas descienden. Sin embargo, estas reglas convencionales incluyen excepciones. Es también notable en los mapas migratorios de todas las plataformas informativas (que incluyen a las 11 especies de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) que muchos ejemplares de las especies que se reproducen en Norteamérica logran empalmar regiones de los extremos del continente americano en sus migraciones, mientras que las especies sudamericanas restringen sus desplazamientos dentro de Sudamérica y Centroamérica.

Al investigar las migraciones en detalle, se descubren muchísimos matices. Por ejemplo, muchos ejemplares de la Golondrina Barranquera se detectan durante todo el año en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Mientras que hay personas que asumen que estas aves son residentes permanentes, es posible que la permanencia de esta especie esté determinada principalmente por ejemplares que migran desde la Patagonia en invierno y desde el norte en verano. Concerniendo a las golondrinas que supuestamente solo se reproducen en Norteamérica, en 1980 se documentó la nidificación y reproducción de Golondrinas Tijerita en el verano de Mar Chiquita, Provincia de Buenos Aires. Investigaciones posteriores descubrieron una creciente población en la zona pampeana, donde las aves utilizaron puentes y otras construcciones humanas para nidificar. Un proceso similar podría estar ocurriendo con algunos ejemplares de la Golondrina Rabadilla Canela detectados reproduciéndose en Villa María, Córdoba, en 2015. Estos rarísimos acontecimientos, denominados «colonización reproductiva trans-hemisférica latitudinal», representan casos en los que una pequeña población comienza a reproducirse en un hemisferio anómalo. Con fascinación, los ornitólogos ven aquí cambios evolutivos repentinos.

En la sección siguiente se ofrecen fotos representativas de ejemplares de las 11 especies de golondrinas detectadas por EcoRegistros en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Cada foto está seguida por un párrafo con información sobre la distribución geográfica y actividad migratoria de cada especie. La distribución geográfica se comprobó con mapas de detecciones de eBird, plataforma del Cornell University Laboratory of Ornithology, EE. UU. Los resúmenes migratorios se extrajeron de la Guía de Campo Digital de las Aves de Argentina, de Aves Argentinas; para la Golondrina Ceja Blanca, del sitio Birds of the World, Cornell University.


Golondrina Parda. Habita en toda Sudamérica, con pocas detecciones en Chile y en el extremo sur de Centroamérica. Se han registrado detecciones sorprendentes en el noreste de EE. UU. y en los estados de Luisiana y Arizona. En Argentina, se concentra en el centro y norte; en la Patagonia y Tierra del Fuego se detecta en pequeños focos cercanos al océano. Se reproduce de noviembre a enero y migra hacia el norte en otoño, llegando hasta el norte de Sudamérica y el extremo sur de Centroamérica.


Golondrina Barranquera. Habita toda Sudamérica, excepto vastas regiones de Brasil alrededor de la Amazonia y los bosques del Chaco y Paraguay. También se encuentra en el sur de Centroamérica. Sorprenden algunas detecciones en la costa del Golfo de México, en la frontera EE. UU.-México. En la Argentina está presente en todo el país, excepto en la zona chaqueña. Se reproduce de septiembre a enero. En otoño migra al norte de Argentina, Chile y Centroamérica. Es una de las pocas especies detectadas en invierno en el norte de Argentina y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Golondrina Doméstica. Habita todos los países de Sudamérica, con pocas detecciones en Chile. También está en toda Centroamérica y el sur de México. Sorprenden detecciones en Nueva York, EE. UU. En Argentina se encuentra en la Provincia de Buenos Aires y casi todas las regiones al norte. Se reproduce en primavera y verano. En otoño migra hacia el norte hasta Centroamérica y México.


Golondrina Ceja Blanca. Habita en Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y el sur de Brasil. Hay detecciones en Perú, Colombia y Venezuela. En Argentina está en todo el país, excepto en la Patagonia y gran parte de Mendoza. Se reproduce en Argentina entre octubre y febrero. La mayoría de la población austral migra hacia el norte con la llegada del invierno y la especie está casi ausente en Argentina entre mayo y agosto. Sin embargo, muchos ejemplares permanecen residentes y pueden resistir el invierno austral.


Golondrina Tijerita. Cubre todo el continente americano, incluyendo las Islas del Atlántico Sur, excepto las profundidades de la Amazonia. Habita en casi toda Argentina, aunque está ausente en algunas regiones de la Patagonia. Siempre se supuso que se reproduce solo en Norteamérica. Sin embargo, en 1980 se detectó una bandada reproduciéndose en Argentina y luego una creciente población con nidos en varios lugares de la Provincia de Buenos Aires y el noreste de la Patagonia. La mayoritaria población norteamericana se reproduce allí y migra hacia el sur cuando las temperaturas descienden. Investigaciones con etiquetas geolocalizadoras documentaron que algunas golondrinas anómalas de los climas cálidos argentinos cambiaron sus hábitos migratorios al no retornar a Norteamérica y decidieron extenderse por Sudamérica para alimentarse.


Golondrina Patagónica. Habita a lo largo de Chile y en Argentina incluyendo las Islas del Atlántico Sur; también en Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil. Hay algunas detecciones en Bolivia. En Argentina solo está ausente en regiones chaqueñas y el noreste. Se reproduce en la Patagonia, Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur en primavera y verano. Las poblaciones del norte de la Patagonia son residentes todo el año. Las poblaciones australes son migratorias y en invierno migran al centro y norte de Argentina, Uruguay, sur de Brasil, Paraguay y Bolivia. Estas aves sorprenden a los habitantes de Buenos Aires apareciendo en invierno desde la Patagonia.


Golondrina Negra. Habita principalmente en Argentina, pero hay detecciones en el resto de Sudamérica, Panamá y Costa Rica. Se la encuentra en toda Argentina, excepto en regiones chaqueñas y la Mesopotamia. Se reproduce entre octubre y febrero. Migra al norte de Sudamérica y Centroamérica en otoño; algunos ejemplares se quedan en el norte de la Argentina.


Golondrina Ribereña. Habita todos los países de Sudamérica, excepto Chile, y también en Centroamérica. En Argentina se encuentra solo en el norte de la Provincia de Buenos Aires, toda la Mesopotamia y alrededores, y el noreste. Se reproduce de octubre a noviembre. Las poblaciones australes migran hacia el norte en otoño e invierno.


Golondrina Zapadora. Cubre todo el continente americano, incluyendo las Islas del Atlántico Sur, excepto vastas regiones de Brasil. En Argentina se concentra en el centro y norte y está ausente en vastas regiones de la Patagonia. Se reproduce en América del Norte y migra hacia el sur cuando las temperaturas descienden. En primavera y verano, aparece en todo el norte de Argentina y la zona de Buenos Aires.


Golondrina Rabadilla Canela. Cubre todo el continente americano, incluyendo las Islas del Atlántico Sur, excepto vastas regiones de la Amazonia, la Patagonia y Chile. Se reproduce en Norteamérica en climas cálidos. Históricamente se supuso que solo se reproducía en Norteamérica. Sin embargo, en 2015 se detectaron nidos con pichones en Villa María, Córdoba. Al igual que con las Golondrinas Tijerita anómalas, se realizaron investigaciones con etiquetas geolocalizadoras. Los ornitólogos descubrieron que las aves cambiaron sus hábitos migratorios para pasar el invierno en diversas regiones de América. Confirmaron que dejaron de reproducirse en el hemisferio norte, pero documentaron que algunos individuos alcanzaron sus antiguos lugares de reproducción para invernar.


Golondrina Cabeza Rojiza. Habita en Argentina, sur de Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Hay detecciones en Chile, Colombia, Venezuela y Guyana. En Argentina está ausente en casi toda la Patagonia y algunas regiones del norte. Se reproduce de septiembre a diciembre. Se encuentra en primavera y verano en el centro y norte de Argentina y el norte de la Patagonia. En otoño e invierno migra hacia el norte.

Según los mapas migratorios actuales, además de la Golondrina Tijerita, otras dos especies arriban a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde las lejanías de Norteamérica: las Golondrinas Rabadilla Canela y Zapadora. Las Golondrinas Patagónica, Ceja Blanca y Cabeza Rojiza restringen sus desplazamientos dentro de Sudamérica. Las Golondrinas Doméstica, Barranquera, Parda, Negra y Ribereña se encuentran en Sudamérica, pero son capaces de llegar hasta Centroamérica. Las Golondrinas Tijerita y Zapadora no restringen sus hábitats dentro del continente americano y son las verdaderamente cosmopolitas. No es de extrañar que estas especies (además de la Golondrina Rabadilla Canela) sean también las que completan las migraciones más largas que conectan los extremos del continente. Las Golondrinas Tijerita y Zapadora de los distintos continentes han sido separadas por taxónomos en subespecies. El nombre científico de la subespecie americana de la Golondrina Tijerita es Hirundo rustica erythrogaster. Respecto a la Golondrina Zapadora, la subespecie es Riparia riparia riparia, que también se encuentra en Europa y Asia occidental; hay subespecies distintas en regiones aún más lejanas del mundo.

Como conclusión, es importante enfatizar que los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires seguirán vinculando a las golondrinas con la primavera. Esto se debe en parte a los innumerables ejemplares de la Golondrina Parda que aparecen a lo largo de la Costanera porteña y el resto de la costa del Río de la Plata durante septiembre. En las otras zonas con árboles frondosos y especialmente cerca de focos de agua, el número de ejemplares de todas las especies, excepto la Golondrina Patagónica, también aumenta considerablemente junto con las temperaturas. La Golondrina Barranquera mantiene una presencia durante el invierno y la Golondrina Patagónica es peculiarmente invernal. En su conjunto, las golondrinas veraniegas son por lejos las más abundantes y seguirán justificando el refrán «una golondrina no hace verano».

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Pablo Richter dice:

Excelente artículo! 

23/05/2025 22:43
Manuel Godoy dice:

Me encantaron el artículo y las fotos: magnificos!

31/05/2025 13:13
Sebastián Otero dice:

Muy bueno. Muy completo, Lucas!

07/06/2025 21:49
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